jueves, 3 de julio de 2025

 

Son tan hermosos los atardeceres aquí que hacen que me avergüence de mis penas



La oración, en el campo, es un momento.  Ese de transición entre la luz y la oscuridad.  Cuando el cielo invita a la mirada y se la disputa con el adentro que reposa

Como sea,  la hora sagrada.



"...Cuando la oración les enciende 

Los ojos a las lechuzas..."


miércoles, 2 de julio de 2025

Los columpios


Los columpios no son noticia,

son simples como un hueso

o como un horizonte,

funcionan con un cuerpo

y su manutención estriba

en una mano de pintura

cada tanto,

cada generación los pinta

de un color distinto

(para realzar su infancia)

pero los deja como son,

no se investigan nuevas formas

de columpios,

no hay competencias de columpios,

no se dan clases de columpio,

nadie se roba los columpios,

la radio no transmite rechinidos

de columpios,

cada generación los pinta

de un color distinto

para acordarse de ellos,

ellos que inician a los niños

en los paréntesis,

en la melancolía,

en la inutilidad de los esfuerzos

para ser distintos,

donde los niños queman

sus reservas de imposible,

sus últimas metamorfosis,

hasta que un día, sin una gota

de humedad, se bajan

del columpio

hacia sí mismos,

hacia su nombre propio

y verdadero, hacia

su muerte todavía lejana.


Fabio Morábito

viernes, 27 de junio de 2025

hilo

 Estaba por decir algo… pero se dio cuenta de que ya no tenía aliento. Como si hubiese tomado la oración que iba a pronunciar por ambos extremos y la hubiese estirado hasta aplanarla. 

Sólo quedó un hilo silente

                                                                     Euge Lépori

sábado, 21 de junio de 2025

Dos de Circe

 

Visible y cercano 

Trabajo en lo visible y en lo cercano 
y no lo creas fácil.
No quisiera ir más lejos. 
Todo esto que palpo y veo
junto a mí,  ahora
es rebelde y resiste
Para su vivo peso
demasiado livianas  
se me hacen las palabras 



Unidad

Una pequeña tarea
Como esto de cortar el pan y llevarlo a la mesa
Empieza y luego acaba
  - círculo de sentido que se cierra -
La pequeña molécula 
De un proyecto cumplido 
Trivial? Tal vez
Pero mira dibujarse con perfección acabadísima cada gesto enlazado con el siguiente 
Anillado en la espiral invisible 
Que va del pensamiento a la mano
Del ojo al cuchillo


Maia Circe


miércoles, 18 de junio de 2025

Pausa




Suelto todo lo que pueda, suelto mi peso sobre los pies/ confío en ellos/ siento cómo se expanden en sus plantas/ cómo lo distribuyen/  mí centro retorna amplio y sereno/
las piernas se acomodan suaves en el balanceo orgánico de la respiración del equilibrio/ Percibo lo tibio que aparece después de lo ajustado 
Mis hombros caen / mi frente se levanta se estira/la la nuca se alarga/ mis costillas y mi cara blandas. Respiro grande
Mí vientre sonríe / lo acarician mis palmas en silencio/ me expando en la quietud
Corazón late y entibia y es dulce así


Euge Lépori 






miércoles, 4 de junio de 2025

Salvoconductos (entrada movediza)


Llegar con frío y darse un largo baño con agua caliente 

Manteca de cacao en los labios

Tener sed y tomar un vaso de agua

Estar cansada y permitir reposar el cuerpo

Las sábanas recién cambiadas

Volver a la cama que ya estaba calentita

Escuchar carcajadas de los hijos en la habitación contigua 

 El mate recién preparado

 Ponerse crema en las manos

Ir al piso, rodar, rolar, cansarse sudar bañarse y ponerse ropa limpia 

Cáscara de mandarina sobre la salamandra

Terminar un trabajo grande 

Ponerme perfume en el pecho y sentirlo emanar en cada giro

Un trozo grande de chocolate 

Amasar su espalda

Que me abrace

Encontrar esa canción

Esa foto 

Suspirar

Encender el fuego por la noche y luego escuchar el sonido del tinto llenando la copa

 


martes, 27 de mayo de 2025

Cronopios

 «Los Cronopios necesitan caricias, besos y abrazos. Cómo son tan olvidadizos, necesitan que se les recuerde constantemente que son amados, que se lo digan, que se lo demuestren. El amor sin cariño y afecto no tiene sentido para los Cronopios, son unos consentidos por naturaleza; pero también les encanta consentir, acariciar, demostrarle al otro con palabras, miradas, caricias y actos, cuánto lo ama y cuánto importa para él.


El Cronopio no se enamora de profesiones, de éxitos, de quehaceres, de la inteligencia o del atractivo físico, se enamora porque sí, sin razón, no hay más motivo o excusa que el amor, que los sentimientos y sensaciones que esa otra alma le despierta. Más bien, al Cronopio, lo deslumbran las almas. No lo enamora la inteligencia, pero sí alguien que piense y lo haga pensar.


Lo enamoran las buenas conversaciones porque, el Cronopio, cree firmemente que con las palabras y también con lo que no se dice, se entregan pedacitos del alma».


Julio Cortázar