viernes, 20 de noviembre de 2020

mi sangre no coagula

Mi sangre no coagula rápido,
se cierra con dificultad
lo que se cierra en mí,
no me repongo por completo
de ninguna herida,
cada lastimadura degenera
en algo lívido,
cada derrame, aunque pequeño,
se toma el tiempo de un deshielo;
reveses tan remotos que otros cuerpos
entierran sin tropiezos,
siguen pulsando para mi vergüenza,
causándome sonrojos anacrónicos.
Mi anemia no es de glóbulos,
sino de olvido.
Las puertas defectuosas me persiguen.
Esdrújulo no sólo al escribir,
sino también cuando respiro,
en mí todo demora para irse
una o dos sílabas de más,
una o dos venas añadidas al camino.
Me habría gustado
probar todas las jaulas
y cada vez salir sonriente,
hacer del escapismo un arte
y al fin huir del arte mismo,
vivir en pos del más pequeño alarde,
siempre llevándome a otra parte
mi hemorragia,
vida soluble en vez de saludable,
que se diluye encadenándose a otras vidas,
pero no deja en ella sus entrañas.
Fabio Morábito