jueves, 3 de diciembre de 2020

Intuición

 Se me cayó la sangre
Y me quedé en tejidos inertes
A sordas con esa imagen.
De golpe y por un segundo.
Luego me  compuse
Y seguí 
Ya con algunas certezas

Euge  Lépori 

martes, 1 de diciembre de 2020

Tengo miedo torero

 ...Y era solo eso, pura amabilidad, puro agradecimiento por haber prestado su casa y su tiempo a esos revolucionarios que no tenían corazón. En esa postura, con las rodillas juntas, acurrucada en el centro de la larga escalera, parecía más bien una niña, el garabato artrítico del desamor. Quiso llorar, como tantas veces que la vida perra la enrostraba el espejo del desengaño. Quería llorar con toda su alma para sacarse de una vez la espina quemante de ese capricho, pero su mirada del quiltra lunera no logró reflejar la claridad agónica que se iba en el último pestañazo de la tarde...

Pedro Lemebel

viernes, 27 de noviembre de 2020

Si conociéramos el punto

 Si conociéramos el punto
donde va a romperse algo donde se cortará el hilo de los besos,
donde una mirada dejará de encontrarse con otra mirada,
donde el corazón saltará hacia otro sitio,
podríamos poner otro punto sobre ese punto
o por lo menos acompañarlo al romperse.
Si conociéramos el punto
donde algo va a fundirse con algo,
donde el desierto se encontrará con la lluvia,
donde el abrazo se tocará con la vida,
donde mi muerte se aproximará a la tuya,
podríamos desenvolver ese punto como una serpentina
o por lo menos cantarlo hasta morirnos.
Si conociéramos el punto
donde algo será siempre ese algo,
donde el hueso no olvidará a la carne,
donde la fuente es madre de otra fuente,
donde el pasado nunca será pasado,
podríamos dejar solo ese punto y borrar todos los otros
o guardarlo por lo menos en un lugar más seguro.
Roberto Juarroz

viernes, 20 de noviembre de 2020

mi sangre no coagula

Mi sangre no coagula rápido,
se cierra con dificultad
lo que se cierra en mí,
no me repongo por completo
de ninguna herida,
cada lastimadura degenera
en algo lívido,
cada derrame, aunque pequeño,
se toma el tiempo de un deshielo;
reveses tan remotos que otros cuerpos
entierran sin tropiezos,
siguen pulsando para mi vergüenza,
causándome sonrojos anacrónicos.
Mi anemia no es de glóbulos,
sino de olvido.
Las puertas defectuosas me persiguen.
Esdrújulo no sólo al escribir,
sino también cuando respiro,
en mí todo demora para irse
una o dos sílabas de más,
una o dos venas añadidas al camino.
Me habría gustado
probar todas las jaulas
y cada vez salir sonriente,
hacer del escapismo un arte
y al fin huir del arte mismo,
vivir en pos del más pequeño alarde,
siempre llevándome a otra parte
mi hemorragia,
vida soluble en vez de saludable,
que se diluye encadenándose a otras vidas,
pero no deja en ella sus entrañas.
Fabio Morábito

sábado, 22 de agosto de 2020

/Diarios

 Sé, de una manera visionaria, que moriré de poesía. Esto no lo comprendo perfectamente, es vago, es lejano, pero lo sé y lo aseguro. Tal vez ya sienta los síntomas iniciales: dolor en donde se respira, sensación de estar perdiendo mucha sangre por alguna herida que no ubico


Alejandra Pizarnik

domingo, 9 de agosto de 2020

Hay mensajes cuyo destino es la pérdida

  Hay mensajes cuyo destino es la pérdida,

palabras anteriores o posteriores a su destinatario,
imágenes que saltan del otro lado de la visión,
signos que apuntan más arriba o más abajo de su blanco,
señales sin código,
mensajes envueltos por otros mensajes,
gestos que chocan contra la pared,
un perfume que retrocede sin volver a encontrar su origen,
una música que se vuelca sobre sí misma
como un caracol definitivamente abandonado.
Pero toda pérdida es el pretexto de un hallazgo.
Los mensajes perdidos
inventan siempre a quien debe encontrarlos.
Roberto Juarroz

jueves, 16 de julio de 2020

El pez frío



Hanako, una joven bella, aunque atolondrada, tenía un amante escrupuloso y pulcro que gustaba de hacer el amor con guantes.  Antes de tocarla, el hombre vigilaba personalmente su baño y exigía que ella se fregara con piedra pómez de pies a cabeza, se depilara hasta el último vello y enjabonara cuanto pliegue y orificio había en su esbelto cuerpo, todo sin una sola palabra de afecto o de aprecio por sus encantos.  Ahora bien, en el jardín de Hanako había un estanque donde vivía una carpa gigante y venerable.  A pesar de sus cuarenta años de existencia, el viejo pez no tenía ninguna de las mañas del meticuloso enamorado de Hanako, por el contrario era fuerte como un atleta y lleno de consideración como deben ser los buenos amantes.  No es raro, por lo mismo, que ella prefiriera su compañía.  La joven solía sentarse a la orilla del agua, llamarlo por su nombre y él subía a la superficie a jugar con ella.  Una noche, después de recibir las higiénicas caricias del hombre con guantes, salió al jardín y se echó a orillas del estanque a llorar.  Atraído por los sollozos, el gigante subió del fondo y acercándose a la mano lánguida que tocaba apenas el agua, le chupó uno a uno los dedos con sus fuertes labios.  Hanako sintió que su piel se erizaba y una sensualidad desconocida la recorría entera, sacudiendola hasta la esencia misma de su ser.  Dejó caer un pie al agua y el pez besó también cada dedo con la misma dedicación, luego la otra mano y el otro pie, y enseguida ella puso las piernas en el estanque y la carpa frotó las escamas de plata de su vientre contra la piel de la muchacha.  Hanako comprendió la invitación y se dejó caer en el barro del estanque, abierta y blanca como como una flor de loto, mientras el atrevido pez rondaba  en torno a ella acariciándola y besándola y obligándola a abrir las piernas y entregarse a sus caricias.  El pez le soltaba chorros de agua por las partes más sensibles y así poco a poco fue ganando terreno conduciéndola por las rutas del placer sublime, un placer que Hanako no había tenido jamás en brazos de hombre alguno y menos, por supuesto, del amante enguantado.

Más tarde ambos reposaron flotando contentos en el barro del estanque bajo el escrutinio de las estrellas.


Lady Onogoro Japón, siglo XI


lunes, 13 de julio de 2020

arpón o agua

Yace ahí
boqueando 
aleteando la arena...
Pobre!

Que el más valiente
le entierre el arpón
o tenga piedad y 
lo devuelva al agua.

Yace ahí el resto
de nuestro amor.
Seré valiente pues
la piedad
no es para los amantes

PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA


Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amás
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caída la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.
Julio Cortázar

domingo, 12 de julio de 2020

Nostalgia

Era perfectamente natural que te acordaras de él a la hora de las nostalgias, cuando uno se deja corromper por esas ausencias que llamamos recuerdos y hay que remendar con palabras y con imágenes tanto hueco insaciable

Julio Cortazar

jueves, 9 de julio de 2020

Pregunta


Por no preguntar a tiempo 

Ando a tientas con mis sentidos

Buscando 



martes, 7 de julio de 2020

te amo por ceja



Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas
que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas precisamente
lo que viene detrás de tu mano
porque el agua, considera el agua, y los leones cuando
se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
TODO MAÑANA ES LA PIZARRA DONDE TE INVENTO Y TE DIBUJO,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo
lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es
también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.

Además te quiero, y hace tiempo y frío. 


Julio Cortazar

domingo, 5 de julio de 2020

Ganas de un domingo

Las ganas no entienden de asincronías, de desaciertos,
de desencuentros ni de lógicas. 
Tienen una entidad independiente
Las ganas mías son de tomar mates en tu falda.



viernes, 26 de junio de 2020

Juarroz

Darlo todo por perdido.
Allí comienza lo abierto.

Entonces cualquier paso
puede ser el primero.
O cualquier gesto logra
sumar todos los gestos.

Darlo todo por perdido
Dejar que se abran solas
las puertas que faltan.

O mejor:
dejar que no se abran.

Roberto Juarroz

jueves, 25 de junio de 2020

ya no



Ya no será
ya no 
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era verdad 
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni quién fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya 
no serás para mí
más que tú. Ya no estás 
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

Idea Vilariño

domingo, 21 de junio de 2020

solsticio


Que arda la leña del árbol caído
Que perdure tan solo lo inexorable 
Y que el resto …  se quede bailando
en nuestros ojos 
al contemplar el fuego




20junio20

jueves, 18 de junio de 2020

ilustración


Yuval Robichek
Ilustrador / creador
Simple y agudo

LA MEDECINA

Les diré que me encuentro adolorido
por mujer que me desposeyó de ella,
quitó lo que me daba
y me en casi sin aire deja
o como naranja sprimida.
Me deshojó de su árbol como si a usté
de pronto lo dejan sin agarrarse de algo,
como que se me cayeran los pantalones
en medio de un baile
como de urgencia
necesitar ir a mear y no hallar dónde.
Así de desvalido.
Me hice ver con un médico y recetó
el desapego hombre, el desapego,
cambie de costumbres póngase
una tela metálica al pecho
así no se le incrustan mariposas dañinas.
En ningún peor caso me he visto;
pero aseguran los intrusos ques buena medecina
visitar lejanos países.
Bien,¿pero a dónde he ir que no mesté sperando
la susodicha esa para castigarme
solamente porque la quiero?

Jorge Leónidas Escudero
poeta sanjuanino nacido en 1920

ME DOY CUENTA DE QUE ME FALTAS

Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.
Jaime Sabines

miércoles, 17 de junio de 2020

ARTE DE AMAR



Si quieres sentir la felicidad de amar, olvida tu alma
El alma es lo que daña al amor.
Sólo en Dios ella puede encontrar satisfacción.
No en otra alma.
Sólo en Dios -o fuera del mundo.

Las almas son incomunicables.

Deja a tu cuerpo entenderse con otro cuerpo.

Porque los cuerpos se entienden, pero las almas no.





Manuel Bandeira
Pintura Margarita Sikorskaia
Extraído del programa de radio de Jorge Marzetti

Fotograma

Un fotograma de fracción de segundo disparó una serie de recuerdos lejanos y poco visitados.
Hermosos.
Paisaje verde húmedo frondoso majestuoso. La carpa de lona naranja, un sol de noche, la cacerola y el fueguito... La Estanciera de mi papá, el baño hecho de lona y unos parantes, allá, a unos 20 o 30 mt. Los hongos de pino secándose, el camino de tierra q nos llevaba al río para bañarnos, jugar, plantar botellas con migas de pan dentro, o lavar los platos fregando con un trapo, jabón blanco y arena.  Las caminatas hasta la proveeduría.  Afuera un palenque con algún caballo sudado y ensillado con un apero.  Una mesa donde algún baqueano tomaba un vino solitario... un horno de barro humeante.  Adentro, oscurito y con ese aroma característico de los almacenes.
-"un pan casero y un paquete de yerba"
(y por mi cuenta, para saber si me iban a dejar o no...)
-"y cuánto sale la hora de caballo?"
Los juegos de carta hasta que nos mandaban a dormir, los fogones con los vecinos que sabían cantar y tocar la guitarra...  los sketches...
No habías casas ni camping
Todo era en el verde libre de Athos Pampa
 Euge Lépori
 junio 2019

Milan Kundera (a cerca del humor)

Aprendí a valorar el humor durante la época del terror estalinista. Tenía yo veinte años. Para identificar a alguien que no fuera estalinista, al que no hubiera que tenerle miedo, bastaba con fijarse en su sonrisa. El sentido del humor era una señal de identificación muy fiable.  Desde aquella época, me aterroriza la idea de que el mundo está perdiendo su sentido del humor.