Creo que cultivo tensiones
como floresen un bosque al que
nadie va.
Cada herida es perfecta,
se cierra en un diminuto
imperceptible brote,
que causa dolor.
El dolor es como una flor, como aquélla,
como ésta,
como aquélla,
como ésta.
para mirar Un espacio para contar de la brutalidad, de lo suave, lo sabio. El amor, lo humano, la vida. Poemas, escritos libres, prosas, cuentos. Propios y ajenos
Creo que cultivo tensiones
como flores
Son tan hermosos los atardeceres aquí que hacen que me avergüence de mis penas
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La oración, en el campo, es un momento. Ese de transición entre la luz y la oscuridad. Cuando el cielo invita a la mirada y se la disputa con el adentro que reposa
Como sea, la hora sagrada.
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"...Cuando la oración les enciende
Los ojos a las lechuzas..."
Los columpios no son noticia,
son simples como un hueso
o como un horizonte,
funcionan con un cuerpo
y su manutención estriba
en una mano de pintura
cada tanto,
cada generación los pinta
de un color distinto
(para realzar su infancia)
pero los deja como son,
no se investigan nuevas formas
de columpios,
no hay competencias de columpios,
no se dan clases de columpio,
nadie se roba los columpios,
la radio no transmite rechinidos
de columpios,
cada generación los pinta
de un color distinto
para acordarse de ellos,
ellos que inician a los niños
en los paréntesis,
en la melancolía,
en la inutilidad de los esfuerzos
para ser distintos,
donde los niños queman
sus reservas de imposible,
sus últimas metamorfosis,
hasta que un día, sin una gota
de humedad, se bajan
del columpio
hacia sí mismos,
hacia su nombre propio
y verdadero, hacia
su muerte todavía lejana.
Fabio Morábito
Estaba por decir algo… pero se dio cuenta de que ya no tenía aliento. Como si hubiese tomado la oración que iba a pronunciar por ambos extremos y la hubiese estirado hasta aplanarla.
Sólo quedó un hilo silente
Euge Lépori
Llegar con frío y darse un largo baño con agua caliente
Manteca de cacao en los labios
Tener sed y tomar un vaso de agua
Estar cansada y permitir reposar el cuerpo
Las sábanas recién cambiadas
Volver a la cama que ya estaba calentita
Escuchar carcajadas de los hijos en la habitación contigua
El mate recién preparado
Ponerse crema en las manos
Ir al piso, rodar, rolar, cansarse sudar bañarse y ponerse ropa limpia
Cáscara de mandarina sobre la salamandra
Terminar un trabajo grande
Ponerme perfume en el pecho y sentirlo emanar en cada giro
Un trozo grande de chocolate
Amasar su espalda
Que me abrace
Encontrar esa canción
Esa foto
Suspirar
Encender el fuego por la noche y luego escuchar el sonido del tinto llenando la copa