Aún en medio de la vorágine, del ruido cotidiano, de la multitud que se abalanza en sentido opuesto… de la escasez de tiempos, de la demanda de cordura y diplomacia…
En los instantes en que siento el viento en mi pelo, el pasto húmedo y fresco en la planta de mis pies. Cuando camino suelta de ropa, cantando mi música. O percibo el perfume, las voces, las carcajadas de mis amigos… el calor de sus abrazos… Es cuando, gloriosamente, rescato mi ser, y me siento una unidad feliz.
Chuge